Ofrece tu corazón al Señor para que Él lo transforme. Toma el Evangelio: “Él les preguntó: Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Mc 8, 27-33). Deja que las palabras resuenen en tu interior.
“El Evangelio de hoy también interpela a cada uno de nosotros. ¿Cómo va tu fe? Cada uno responda en su corazón. ¿Cómo va tu fe? ¿Cómo es? ¿Qué encuentra el Señor en nuestros corazones? ¿Un corazón firme como la piedra o un corazón arenoso, es decir, dudoso, difidente, incrédulo? Nos hará bien en la jornada de hoy pensar en esto.” (Papa Francisco).
Padrenuestro...
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