Señor y Dios nuestro,
hoy, al escuchar Tu Voz,
queremos reconocerte como
el único Camino.
De cara al día que comienza,
pedimos la gracia de vivir Contigo.
Tú, sólo Tú eres nuestra fuerza.
Tú eres el Dios de toda Salvación.
Tú eres el esperado.
Te pedimos que llenos de Tu Vida
seamos causa de vida para otros.
Desde Tu Vida, seamos vasos comunicantes
de alegría, de perdón, de unión.
Así como Tú nos has animado con Tu Santo Espíritu,
así nosotros, animemos nuestros ambientes
proclamando Tu Santo Nombre
¡Amén!
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