¡Buen día, Espíritu Santo!
Al dejar las sombras de la noche,
Aquí, de frente al nuevo día,
me abro a la Luz de Tu Presencia.
Y clamo, Contigo,
desde Tus entrañas,
el Nombre Santo de Jesús.
¡Quebranta mi soberbia!
¡Nubla mis sinrazones!
¡Apacienta mis inquietudes!
Y sólo deja en seguridad la certeza de Tu Amor,
Amor que no pasa, Amor confiante.
Y al andar el día, haz crecer en lo hondo
la conciencia, la certeza… ¡el Reino está cerca!
¡el Reino está cerca!
Dame oído y corazón atento,
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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