¡Buen día, Espíritu Santo!
Así como despejado amanece un nuevo día,
Así despeja en mis horizontes las nubes
de la indiferencia, la codicia y el mal humor.
Que en el camino de la semana elija siempre
aquello que más tiende a Ti, Dios de mis alegrías,
aquello que devuelve a mi rostro Tu Rostro.
Y Visítame con tu Gracia, aquella que renueva y santifica.
¡Dime!,
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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