Los esposos, sacerdotes de la casa, también pueden unir o desatar las cosas en el cielo.
"Todo aquello que ates en la tierra será atado en los cielos y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos" (Mateo 16,19). Eso no es sólo para el sacerdote, no!
Así como nosotros los sacerdotes somos consagrados para atar o desatar las cosas en el Cielo, ustedes, sacerdotes de la Iglesia doméstica, los esposos, pueden hacer lo mismo.
Foto: Arquivo CN
Así como un sacerdote no puede ser indigno de sus atribuciones, también ustedes, esposos y esposas, no pueden ser indignos en el ministerio de la Iglesia doméstica.
Mi hijo, ata la tierra al Cielo y el Señor atará el Cielo a la tierra!
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib.
Fundador Comunidad Canción Nueva.
fuente: Portal Canción Nueva en português
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