Padre fabio de Melo reflexiona sobre las tres dimensiones de Cristo: rey, profeta y sacerdote
“Tenemos, pues, un sumo sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado. Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza a la sede de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno” (Hb 4, 14-16).
Dimensión del rey
Por el bautismo, la teologia cristiana nos enseña que todos somos reyes. No es para volvernos vanidosos. Somos reyes porque participamos del reinado de Cristo, de las tres dimensiones: rey, profeta y sacerdote.
Por eso, la carta de Pablo recuerda a los hebreos que no pueden vivir de cualquier forma, un rey no puede vivir de cualquier forma, porque sino quien observa no creerá en su autoridad. Debes recordar que participas de la realeza de Cristo, aún cuando no estás siendo observado. No es cuestión de hipocresía, sino de responsabilidad y coherencia. El principio que me autoriza a cuidar del otro, es cuidarme a mí mismo.
Yo mismo necesito prestar atención en mis decisiones, si ellas fortalecen o debilitan lo que soy. Yo soy padre y no tengo el derecho de escoger nada, absolutamente nada, que sea contraria a mi “ser padre”.
San Pablo está preocupado con esa comunidad, por eso habla de la realeza de Jesucristo y llama la atención para el modelo de vida que escogieron vivir. Yo no puedo ser cristiano sin observar en mí las características de Cristo. Al ser bautizado escogí ser Jesús de nuevo, entonces no puedo seleccionar solo algunas cosas y esconder las desventajas de ser cristiano. No tenemos como aceptar en nuestra forma de ser, lo que niega la realeza de Cristo en mi.
Presta atención a tu grupo de amigos y personas a quienes valoras, nuestra conversión necesita analizar uno por uno. Ese amigo fortalece la realeza de Cristo en mi o me hace olvidarlo? Las personas a quienes escucho, me recuerdan que soy rey?
¿Me reconozco rey?
El hijo pródigo, cuando pidió su herencia, hizo lo peor que un hijo podía hacer con su padre, era como decirle: “Ya moriste para mí”. No sabemos cuanto demoró para gastar ese dinero, pero mientras lo hacía bajó hasta lo más profundo de la miseria humana. Se humilló tanto y sufrió tanto que decidió volver para ser empleado, porque sabia que su padre era un hombre justo. Y al volver, su Papa le dio lo que nunca esperaba recibir en ese momento.. un abrazo.
“Aqui es mi lugar” esa frase es demasiado preciosa, solo que solo aquellos que lloran mucho en el camino y luchan diariamente para encontrar su lugar, pueden decirlo. Aquel hijo prodigo estaba lleno de excusas para decirle a su papá, pero bastó la mirada para hacerle entender que aún con aspecto de mendigo, era rey.
La amistad es así, valorar y hacer de todo para que la corona de la realeza no se caiga de la cabeza de nuestros amigos. No es necesario ir muy lejos, puedes ver en tu casa, quienes se olvidaron de quienes son.
Consecuencias del alcoholismo de mi padre en mí vida
Los alcohólicos se olvidan de lo que son, de quienes aman, perdieron la capacidad de escoger. Mi papá era obrero y era alcohólico, y al terminar su trabajo iba al bar y bebía. Un sábado bebió demasiado y al volver a casa, se cayó. Yo estaba en casa y alguien tocó la puerta avisando que tendríamos que buscarlo. Entonces mi mamá, mi hermano y yo fuimos. Nunca me olvidaré de esa escena, yo lloraba y temblaba y el único sentimiento que tenía era vergüenza, luego me di cuenta que era indignación, cuando ves a la persona correcta en el lugar incorrecto.
¿Tu crees que esta historia no me ayuda a ser sacerdote? Yo encuentro muchas personas que están tiradas en las las orillas del sentimientos estropeados, decisiones equivocadas, mujeres que sufren la falta de amor, hombres en el día a día con la infidelidad. Si tu quieres abrir los ojos, están a tú lado. Recuerde la realeza de Cristo en ti para que tu tengas condicciones de ayudar otros a recordarse.
Dimensión del profeta
Junto a la misión de ser reyes esta la misión de ser proféticos. Este Centro de Evangelización este lleno de reyes y reinas, pero también de profetas. Cristo me hizo rey, Cristo me hace profeta y yo no tengo derecho de permanecer callado delante de las realidad que arrancan las coronas de nuestras cabezas y no quitan la realeza.
Aquellas casas ricas que tiene un bar en la habitación como decoración. ¡Cuidado! La cosa que el diablo más saber hacer es decorar. Yo bebo vino, pero no bebo cerveza porque no me gusta. Me entiendan, estoy hablando de alcoholismo, de cuando la persona no tiene dominio. Yo sé cuantas tazas de vino puedo beber, porque tiene alcoholismo en mi sangre. No encienda una hoguera que tu no puedes apagar después.
Lo siento por nuestra sociedad que esta enterrando jóvenes antes del tiempo. Lo siento por sus hijos que no están siendo respetados por el gobierno, lo siento por ti que no tiene condicción de hacer su hijo llegar donde él merece.
Yo necesito de gente que habla de gente, que se indigne. Necesito de gente que se preocupa con los demás. Yo soy rey, soy profeta no puedo quedar callado. Tu no puedes quedar callado. Necesitamos reclutar valores humanos que puedan ayudarnos en nuestras casa.
Dimensión de sacerdote
Si no estableces las reglas en tu familia, no establecerás reglas en la sociedad o en los países. Necesitas ayudar a otros porque además de ser rey y profeta, también eres sacerdote. Diferente a mi sacerdocio, tú tienes la capacidad de sacar a una persona de una realidad profana y colocarla en un lugar sagrado. Son muchos los estados de humillación y todos estamos indefensos. Por eso San Pablo nos pide que nos acerquemos al trono de gracia.
No existe rey que te saque el derecho de ser mirado por Dios. No necesitas ser exquisito para ser cristiano. ¡Sonrisa en los labios, brillos en los ojos! El mundo necesita gente que ame, que abra menos caminos para que el mal llegue hasta nosotros. No necesitas estar embriagado para estar bien. Si tus amigos te exigen que consuma alcohol, de cocaína… aléjate de ellos.
Aquel que miras y que naturalmente provoca incomodidad por ser tan diferente a nosotros, no sabemos cuántas coronas de dignidad esa persona pudo haber colocado en otras con su caridad, de repente bañando, dando comida o tratamiento de salud. Tú eres cristiano y no siempre tienes la disposición que esa persona distinta tiene de bañar al que está sucio, de dar comida al que tiene hambre.
El cristianismo no vive de apariencia
¿Cómo está tu corazón? ¿Qué conciencia tienes de la realeza que habita en ti? Nadie ni nada puede arrancar la realeza que hay en ti. No puede haber entre nosotros vanidad espiritual. No caigas en la tentación de creer que estás mejor que otro. No hay medición en el cristianismo. Yo sé que en el amor no hay contradicción, o amas o no, o eres hipócrita o no. Vamos a reconocer a los cristianos por lo mucho que ama y es amado. El verdadero cristianismo no está en la apariencia.
La Iglesia Católica es la institución religiosa que más caridad hace en el mundo. Podemos equivocarnos en muchas cosas, pero cuando perseguimos la caridad no existe error. Elige la caridad, la justicia y no errarás.
Acomoda esa corona en tu cabeza porque eres rey, eres reina, eres profeta, profetiza, sacerdote, sacerdotisa. ¡Hosanna Brasil! ¡Día de renovar en nosotros la fuerza del Resucitado!
Padre Fabio de Melo
Sacerdote de la Diócesis de Taubaté – SP
Prédica durante el Campamento “Hosanna Brasil” 2015
fuente Portal Canción Nueva
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