Muchos de nosotros reclamamos por costumbre, por hábito,
como rutina, como estilo... automáticamente.
Son hábitos nocivos que, al tocar nuestra mente,
crean raíces profundas.
¿Qué hacer?
REPROGRAMAR las palabras y los pensamientos!
Abrir la boca para hablar sobre el bien,
admirar lo puro,
elogiar lo bueno,
encantarse con lo que tiene valor,
con lo que es honesto y hace crecer.
Con cariño y oraciones,
Tu hermano,
Ricardo Sá
Adaptación del original en portugues.

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