¡Buen día, Espíritu Santo!
Confiado comienzo el día porque sé que vives en mi.
En la debilidad Tú me haces fuerte.
En la tribulación tu Mano me sustenta.
Vuelve tu mirada sobre aquellos que,
desanimados por las pruebas,
sienten el peso de desolación.
Que la tristeza no les haga sentirse incapaces
de enfrentar toda batalla.
Gracias por enviarnos tus ángeles,
que ellos estén en todos nuestros caminos.
¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario