Buen día, Espíritu Santo

Señor y Padre Nuestro,
llenos de gozo y alegría porque nos has alimentado,

nos has dado Pan Vivo, Alimento sólido para el camino,

en el amanecer de un nuevo día,

ponemos en Tus Manos poderosas cada una de nuestras preocupaciones y miedos.
Que Tu Palabra de Poder,
aquella que es Viva y Eficaz,
la que discierne,
la que es espada de doble filo,
nos levante y nos anime.

Ilumine nuestras decisiones, nos instruya;

nos otorgue discernimiento y esperanza renovada;
Levanta Tu Diestra poderosa,
¡sana y libera!
Tú, que todo lo penetras y todo lo sabes,
otórganos la gracia que necesitamos para dar la buena batalla.
Bendice lo más amado,
Bendice lo menos apreciado,
y sea Tu Amor puente de unión entre nuestros extremos.
Que lo dividido en Tí sea unificado.
¡Amén!