El tema que me tocó fue “Manifestemos nuestra alegría a Nuestro Señor”. En el carnaval, las personas manifiestan su alegría, pero la Palabra de Dios nos invita a que manifestemos nuestra alegría al Señor, una alegría que viene de lo alto, que viene del corazón, una alegría que es don de Dios, esta es nuestra alegría.
Fil 4, 4. “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense”
San Pablo cuando escribió a los filipenses , también nos escribió a nosotros, porque la Escritura es perenne. Es una orden
Dios quiere de nosotros que siempre estemos alegres, constantemente. Otra cosa que viene después es :’ que vuestra amabilidad sea conocida por todos los hombres.El Señor está cerca’. Otra traducción dice que ‘sea notoria’, es un termino jurídico para decir que todo el mundo comprenda, que todos se den cuenta y sepan.
La primera consecuencia de la alegría es ser amable. Seamos bondadosos, hombres y mujeres que aman, porque amando nos volvemos buenos. Sea notorio.
Aqui San Pablo habla sobre el fin de los tiempos. Y ya en aquel tiempo, San Pablo hablaba de la vuelta inminente del Señor. En el momento menos esperado, el Señor puede volver. Todos, en todos los tiempos, necesitan estar preparados porque en cualquier momento Él llegará y si el Señor no viene, nosotros iremos.
Hay tantas cosas que nos pueden inquietar, pero San Pablo dice: “No se inquieten con nada” y nada es nada.
¿Cuál es el remedio para estar siempre alegres y no inquietarnos con nada?
Nosotros no debemos dejar nuestras preocupaciones en nuestras cabezas, sino que debemos presentarlas a Dios mediante la oración, súplicas y acción de gracias. La paz de Dios excede todo entendimiento y guardará nuestros corazones.
Es asi que vive el cristiano. ¿qué es lo que debe ocupar nuestros pensamientos? es una órden: todo lo verdadero, puro, justo, amable, bueno …. Pero lamentablemente dejamos que nuestros pensamientos se pueblen de cosas malas y no faltan cosas malas a nuestro alrededor, nos llenamos de eso como quien se alimenta de cosas ya malogradas y claro, eso malogra nuestro interior, nuestra voluntad, a nosotros mismos.
La Palabra de Dios nos dice exactamente lo contrario. La orden del Señor es alegrarnos y aún más, manifestar nuestra alegria frente al Señor. ¿Quien de nosotros no está cercado de tribulaciones y aflicciones? Pero hay un remedio y el Señor quiere que lo agarremos. Está en Romanos 8, 28: “Sabemos, además, que Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.” La tribulación no puede separarnos del amor de Cristo, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada, no nos separarán del amor de Cristo. En todas esas cosas somos más que vencedores por la virtud de aquel que nos amó. Frente a las tribulaciones tengamos paciencia.
¡Amar a Dios es tan facil!
V31. ¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
¡Hermanos! esta es una gran verdad. Quien estará contra nosotros si Dios está com nosotros? Es una verdad.
v.35 ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?
La tribulación no puede, no dejes que ella te separe de Dios, porque él continuará amandote, cuando te dejas preocupar, te alejas.
Es difícil ser perseguido, pero la persecución nos quita del amor de Cristo, entonces también no dejes que ella quita tu amor por Cristo.
v.37- Somos más que vencedores. Repita: “en todas estas cosas somos más que vencedores, por la virtud de aquel que nos amó”
En la propia carta a los romanos, un poco hacia adelante. Ya puedes ver que estoy siendo bien bíblico. (Rm 12, 12)
Alégrense en la esperanza, pacientes en la tribulación y perseverancia en la oración.
Hable así: “Quiero ser alegre en la esperanza, paciente en la tribulación y perseverancia en la oración”. Sea paciente en la tribulación, es necesario ser alegre en la esperanza porque la esperanza nos llena el corazón.
Hay un padre que conozco que decía y aún dijo: “Aguanta firme mi hijo. En la tribulación, manténgase firme mi hijo”.
Aguanta firme, nosotros estamos probando que somos fieles. Es muy importante asumir que la fidelidad comprobada produce la esperanza, es bonito eso. ¿Quien fue que sembró la esperanza en nuestros corazones? El Espíritu Santo que nos fue dado.
Detengámonos un poco de hablar para rezar. Llegamos en un punto clave. Vamos cantar “Y me hace nuevo, todo nuevo, renovado en Jesús. Espíritu Santo ven. Espíritu de Dios”.
El Señor nos quiere alegres, siempre alegre, y la alegría viene de Tu Espíritu Santo. Y ella nos hace ser firmes en las tribulaciones. En lugar de dejar que las preocupaciones nos tomen, pedimos que sea Tu Espíritu Santo que cuide de nosotros, que nos transforme. Pida esta alegría del Espíritu, pidamos el bautismo del Espíritu, el espíritu de alegría. Nos bautiza en la alegría.
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario