Salmo 119,1
¿Quien es feliz? Aquel que va por un camino intachable y sigue la ley del Señor.
Hay una condición para ser feliz: ser puro. La Palabra de Dios nos da varias condiciones a partir de la pureza. ¿Cuál es la condición para ver a Dios? Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios. ¿Quien podrá entrar al santuario del Señor? Quien tiene un corazón puro.
¡La pureza es una condición para ver a Dios, para que entremos a la casa de Dios, para ser felices!
¿Quieres ser feliz?
¡Todos lo queremos! El problema es que limitamos nuestra felicidad a esta vida terrena. Nuestra felicidad está en tener una vida pura y seguir las leyes del Señor.
Si la condición para ser feliz es ser puro, existe una condición para ser infeliz: tener una vida impura.
Vamos ver a Palabra Marcos 7, 1.14.
”Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús. Y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: ¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
Los discípulos tampoco entendieron y Jesús les respondió ¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Después Jesus añadió: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.
¿Qué es lo que hace impura a una persona?
Lo que sale de dentro, porque es de ahí que salen las malas intenciones e inmoralidades. Es interesante, no es impuro lo que está dentro, sino lo que sale de dentro.
El Señor sabe de nuestra naturaleza pecadora, inclinada para el mal. Intentamos hacer cosas buenas y hacemos el mal que no queremos. Nuestra naturaleza es pecadora pero no es impura, sino lo que permito salir.
Entendemos por pureza no solo como un medio para vivir la castidad y moralidad sexual, es algo que va mucho más allá. No podemos limitar el pecado solo al área sexual .
El Señor nos invita a una vida santa, como dice en Tesalonicenses 4,7; Dios no nos llamó para la impureza sino para una vida santa.
¿Cómo vivir esta pureza?
Es encantador ver cómo no hay enigmas en la Palabra de Dios, ella es la verdad, clara para nuestros ojos.
¿Cómo un joven llevará una vida honesta? Cumpliendo tus palabras. Entonces, para ser puros, es necesario guardar la Palabra. Les pregunto, hacia dónde quieres ir?
La semana pasada mientras ministraba durante un concierto, el Señor me dió una visión que fue marcante, era de corrales en un campo muy grande, donde existían animales pero con rostros humanos, venían ángeles del mal, y otros monstruos para alimentarlos. Lo que entendí era que eso es lo que satanás hace con nosotros. Nos hace probar un poco del pecado, nos hace esclavos, nos encierra y nos vuelve ciegos, al punto de no dejarnos ver que es posible dejar esa vida.
Nuestro alimento no está en las cosas que el demonio nos ofrece sino en la Eucaristía, en la Palabra, en la oración. ¡Fuimos creados para la santidad y para una vida pura! por eso nuestro alimento no puede ser las cosas que el mundo nos ofrece. ¡No puede ser! Tenemos que alimentarnos de cosas que nos lleven al cielo.
Las luchas viene, vamos tener días difíciles, vamos llorar, pero no es esto que va nos segurar, en estos días es el Señor quien va nos guardar. Vamos vencer los obstáculos por el deseo de deseo de ser más de él.
Hay personas que tendrá que entrenar el corazón para ser de Dios, sino en la mitad del camino desiste.
Tu has sido creado para las cosas del alto, para el cielo. Y si tu caes o fallas el Señor te levantara.
Eliana Ribeiro
Misionera de la Comunidad Canción Nueva
Predica durante el Retiro de Carnaval 2016
fuente Portal Canción Nueva
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