Serena está mi alma y se llena de alegría,
se alegran mis huesos quebrantados
porque Tú vienes a Santificar el día.
Bendito seas Tú, que me levantas de lo hondo;
Bendita Tu Santa y Gozosa cercanía
que expande mis entrañas, la cubre de Amor y esperanza,
la hace renacer de sus miserias;
¡Ven y lléname! Porque de Tí tengo sed,
Pues de Ti, Dios Vivo, tengo sed.
Sólo de Ti. De Tu Sabiduría y Tu Bondad,
quiero beber,
De Tu Agua Viva que refresca y da lozanía,
que rejuvenece pensamientos y los santifica;
de Tu Suave Consuelo que regenera toda herida;
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