II Domingo de Adviento
Cuando San Juan Bautista apareció proclamando el Reino de Dios, sus palabras resonaron como un trueno en la vida cotidiana de los judíos. Israel no tenía profetas desde hacía 400 años y la gente se aglomeraba para escuchar el mensaje: “¡Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos!” (Mateo 3, 2).
Juan no tenía deferencias especiales para los ricos y poderosos y condenaba el pecado dondequiera lo encontraba: en la corte real, en el templo o en la gente. Sus contemporáneos creían que bastaba ser judío para tener el favor de Dios, pero Juan les aseguraba que no por ser descendientes de Abraham escaparían de la ira divina. Por eso reprendía a los saduceos y fariseos que iban a bautizarse sin arrepentirse de corazón, y recalcaba que el solo hecho de cumplir los rituales no los libraría de las consecuencias del pecado (Mateo 3, 7-10).
Este mensaje es tan válido hoy como lo fue entonces.
En la Carta de San Pablo a los Romanos (capítulo 15) encontramos pautas muy útiles para preparar el camino del Señor en nuestro corazón. Primero, haciendo oración y leyendo la Palabra de Dios, que nos fue dada para instruirnos y animarnos. Luego, recibiendo los Sacramentos, especialmente los de la Confesión y la Sagrada Eucaristía. También, viviendo unidos en la familia, con la comunidad cristiana y con Cristo Jesús, nuestro Señor. Siendo tolerantes y solidarios con el prójimo. Ayudándonos fraternalmente unos a otros, como Cristo nos acepta y nos ayuda a nosotros, y pidiéndole fortaleza a Dios, porque sólo con su amor es posible aceptar y perdonar a nuestros semejantes y especialmente a quienes nos han ofendido o perjudicado.
Además, podemos pedirle al Espíritu Santo que nos llene de su fuerza para amar y servir a los demás. Dios, que es siempre fiel, nos dará la gracia necesaria para reformar nuestra vida de acuerdo a su voluntad.
“Señor Jesús, queremos pedirte que nos concedas el regalo de aceptar dócilmente la voluntad de nuestro Padre en este Adviento, para hacerla con fe y gratitud.”Isaías 11, 1-10
Salmo 72(71), 1-2. 7-8. 12-13. 17
Romanos 15, 4-9
fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros
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