SOBRE LOS ENFERMOS
Esta oración fue hecha delante del Santísimo Sacramento en clamor a Jesús por la salud de los enfermos que leerán estas páginas. Por lo tanto, toma posesión de esa gracia y haz esta oración con fe, entregando todo tu ser en las manos del Señor.
Señor Jesucristo, creemos que eres el Hijo amado de Dios Padre. Creemos que diste tu vida por nosotros en la cruz y que resucitaste vencedor de la muerte. Creemos firmemente que estás aquí entre nosotros, vivo e intercediendo por los que aquí estamos, amándonos y queriendo ayudarnos. A ti queremos entregar confiadamente todos los enfermos que leerán este libro porque sabemos que Tú, Señor, has venido a liberarnos de las garras de la muerte, has venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Tu Palabra nos revela que tu quieres curarnos y eres Todopoderoso para hacer eso. Eres al mismo tiempo el médico y el remedio. Eres la sanación de los enfermos y la victoria sobre la muerte.
No importa donde ni cuando se haga esta oración. Para ti importa que sea hecha con fe y que estemos unidos a Ti, pues eres el mismo ayer, hoy y siempre. Tú conoces todas las cosas y conoces cada uno de nuestros hermanos enfermos Manifiesta tu compasión por ellos.
Señor, ¡rodéanos con tu misericordia! Aquellos que Tú amas están enfermos. Entra en su vida y en su corazón por medio de tu Palabra anunciada en este libro para que vean cuán próximo, Señor, tu estas. Para que vean que Tu continuas actuando “por todas partes pasas haciendo el bien y curando a los oprimidos” (cfr. Hch 10, 38) y para que así crean y confíen en Ti aún más. Danos esa gracia, Señor.
Jesús, ten compasión de los que están sufriendo con dolencias físicas, de los que están emocionalmente atormentados, de los que sufren males espirituales y están ahora orando llenos de esperanza por todos los testimonios que leerán aquí. Tú Palabra, Señor, los alentó y encendió en su alma el fuego de la fe. ¡Muestra cuán grande es tu compasión! ¡Es lo que pedimos en tu nombre! Toca a cada uno y visita a todos con Tu Espíritu Santo y haz que muchos recuperen la salud, confíen en ti y se dejen conducir por tu gracia.
Te pedimos que estos hermanos experimenten verdaderamente tu poder y tu amor.
Jesús, por Tu Sangre derramada, por Tu Sagrada Cruz y por el poder de tus llagas, cúralos, Señor! Tócalos en su cuerpo, en su corazón y en su espíritu, curándolos. Tu asumiste nuestros dolores, tomaste en tus manos nuestros sufrimientos y por tus heridas fuimos curados. A ti, a quien las enfermedades se someten y delante de las cuales los dolores tienen que ceder, entregamos todos los enfermos que acogen ahora esta oración y suplicamos que saques de ellos el peso de su enfermedad. Por tu gracia, Señor, restitúyeles la salud.
Señor, por la fuerza viva de tu Palabra, por las promesas que hiciste de atender nuestras oraciones, pedimos que bendigas a los enfermos que van a leer estas páginas -dales una confianza aún mayor pues no quedarán decepcionados. Una vez más extiende Tu mano para que se realicen sanaciones, señales y prodigios en tu nombre y quedemos llenos de tu Espíritu Santo. ¡Tú puedes todo eso! ¡Tu eres el Cristo de Dios!
¡Tú eres nuestro Salvador! Eres nuestro hermano y al mismo tiempo los brazos bondadosos con que el Padre nos acoge en su Reino de paz. Estamos tan confiados que estás cuidando de nosotros y actuando en nuestro favor que, aún antes de ver el resultado de esta oración, queremos agradecer todas las bendiciones que ya están siendo derramadas: muchas gracias por todo hermano, por toda hermana que estás ahora envolviendo con el calor de Tu Espíritu. ¡Te agradecemos por los enfermos que estás curando ahora! Gracias por aquellos que estás cubriendo de compasión y visitándolos en este momento como hiciste con Zaqueo. ¡Gracias por todos los que abrieron su corazón y están recibiendo la salvación en su casa! ¡Gracias por todos los frutos de este momento de gracia que todavía se van a manifestar y por todo el bien que todavía harás por los enfermos que oran con nosotros a ti!
Derrama sobre este libro tu Preciosa Sangre, a fin de que en el lugar que entre, tu presencia viva allí se manifieste y encienda tu luz. Séllalo con la señal de tu Santa Cruz a fin de que aquellos que lo lean reciban fuerza, salud y sean libres de todo mal por la fuerza de Tu Palabra aquí testimoniada y rezada. Coloca tus manos llagadas sobre estas páginas, de manera que todos los que se sienten con miedo y perdidos en medio del dolor, al descubrir cuánto Tú les amas, encuentren en ellas la dirección que los confortará y hará vencer.
Oh María, madre de Jesús y nuestra madre, ¡intercede por nosotros!
¡Amén!
Marcio Mendes
“Pasos para la sanación y liberación completa” – Editorial Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
“Pasos para la sanación y liberación completa” – Editorial Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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