Agradece el día que termina.
Toma conciencia de cómo iniciaste y cómo estás concluyendo la jornada. ¿Has vivido en actitud de ofrecimiento y disponibilidad al Padre? ¿Puedes concretar en tus gestos cotidianos la intención que Francisco nos encomienda a la Red? ¿Ofrendas tu vida y tus actividades al Señor? Repasa tu modo de vivir tu servicio en la Red Mundial y apunta un propósito para crecer en disponibilidad a la misión de Jesús.
Ave María.
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