miércoles, 2 de enero de 2019

El Señor va delante

Sermón 5º para el Adviento: SC 166, 153.
«Preparad el camino al Señor» (Jn 1,23).

«Preparad los caminos del Señor». Hermanos, aunque estéis muy avanzados en el camino os queda todavía por preparar el camino, para que avancéis más y más, siempre tendiendo hacia lo que está por delante. Así, a cada paso que andáis por el camino del Señor, él irá delante de vosotros, siempre de nuevo, siempre más grande. Por esto, con razón, el justo ora de este modo: «Enséñanos el camino de tu voluntad para que te busquemos siempre». (cf Sal 118,33) Esta vía se llama, «camino eterno» (cf Sal 138,24)…porque la bondad de aquel hacia el cual avanzamos no tiene límite.

“El comienzo de la sabiduría, es el temor del Señor”: si es el comienzo de la sabiduría, es necesariamente también el punto de partida de un buen viaje … Es también quien provoca la confesión; quien incita al orgulloso al arrepentido y le permite oír la voz del que grita en el desierto, del que ordena preparar el camino, el que muestra por donde hay que comenzar: “Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca”…

Por esto, el viajero sabio y decidido, aunque haya llegado al término, seguirá pensando en comenzar de nuevo; «olvidando lo que queda atrás» (cf Flp 3,13) se dirá cada día: «Ahora comienzo» (cf Sal 76,11)…Nosotros que hablamos de este avanzar en el camino, quiera Dios que nos hayamos siquiera puesto en camino. Según mi parecer, cualquiera que se haya metido en camino está ya en el buen camino. Pero hay que comenzar de veras, encontrar «el camino de ciudad habitada» (Sal 106,4) Porque «no son muchos lo que andan por él», dice la Verdad (cf Mt 7,14); son numerosos «los que yerran por el desierto deshabitado» (cf Sal 106,4)

Y tú, Señor, tú nos has preparado un camino, sólo hace falta que consintamos y nos comprometamos en seguirlo… Por tu Ley, tú nos has enseñado el camino de tu voluntad diciendo: «Este es el camino, caminad por él.» (cf Is 30,21) Es el camino que el profeta había prometido: «Habrá una ruta recta y los insensatos no se perderán en ella.» (cf Is 35,8)… Nunca he visto a un insensato perder tu camino, Señor…; pero, ay de vosotros, sabios a vuestros propios ojos. (cf Is 5,21) Vuestra sabiduría os ha descarriado del camino de la salvación y no habéis seguido la locura del Señor… Locura deseable que se llamará sabiduría según Dios y que nos preserva de perder su camino.

Por consiguiente, si estás en el camino, tu único temor sea desviarte, ofender al Señor que te conduce por él. Si el camino te pareciera demasiado estrecho, considera el fin hacia el cual te conduce, pues, si ves el fin de toda perfección, inmediatamente dirás: Tu mandamiento es amplio en extremo. Si no puedes verlo, cree entonces a Isaías cuando añadía: Y caminarán por esta senda los que fueron liberados y redimidos por el Señor; vendrán a Sión con cantos de alabanza y coronados de gozo sempiterno. Disfrutarán de gozo y alegría – y huirán de ellos el dolor y el llanto. Quien medite suficientemente en este fin, pienso que no sólo considerará espacioso el camino, sino que hasta tomará alas, de suerte que, más que caminar, volará por él. Por tanto, hermanos, meditad siempre en la recompensa final y corred por el camino, de los mandamientos con prontitud y alegría. Que por él os conduzca y guíe el que es camino de los que corren y premio de los que alcanzan la meta: Jesucristo.

Beato Guerrico de Igny, abad cisterciense

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