Ante el pasaje de la multiplicación de los panes y de los peces, el Pontífice se preguntó: “¿Por qué Dios ha hecho esto? Por compasión – dijo –, compasión por la muchedumbre que ve al descender de la barca, en la ribera del lago Tiberíades, porque estaba sola, y las personas eran como ovejas que no tienen pastor”.
“El corazón de Dios, el corazón de Jesús se conmovió, y ve, ve aquella gente, y no puede permanecer indiferente. El amor es inquieto. El amor no tolera la indiferencia. El amor tiene compasión. Pero compasión significa poner en juego el corazón; significa misericordia. Jugarse el propio corazón por los demás: esto es amor. El amor es jugarse el corazón por los demás”.
Santo Padre Francisco
Homilía en Santa Marta
08.01.2019
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