Leemos en el Evangelio (Lucas 1, 31) que el ángel le dijo a María: “No temas, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.” ¿Qué significa el nombre de Jesús? Significa: Dios salva. Dice el padre Paul O’Sullivan en su conocido librito Las Maravillas del Santo Nombre (www.Tanbooks.com): “Desde la infancia hemos oído y repetido el Santo Nombre de Jesús, pero muchos, demasiados, no tienen idea de las maravillas de este Santo Nombre. “¿Qué sabes del nombre de Jesús? Sabes que es un nombre santo y que tienes que inclinar la cabeza cada vez que lo dices. Hacer esto es muy poco. Es como si uno viera un libro cerrado y se fijara solamente en el título de la portada. No sabes nada de los preciosos pensamientos que el libro contiene. Así es, cuando pronuncias el Nombre de Jesús sabes muy poco de los tesoros que éste oculta. Este divino nombre, en verdad, es una mina de riquezas; es un manantial de la más alta santidad y el secreto de la felicidad más grande que un hombre pueda gozar en esta tierra. “El Santo Nombre de Jesús es, primero que nada, una oración todopoderosa. Nuestro mismo Señor solemnemente promete que todo aquello que pidamos al Padre en su Nombre lo recibiremos. Dios nunca falla en su Palabra. “Entonces, cuando digamos ‘Jesús’, pidamos a Dios todo lo que necesitemos con la absoluta confianza de ser oídos. Por esta razón, la Iglesia termina sus oraciones con estas palabras: ‘Por Jesucristo, nuestro Señor’, que da a la oración una nueva y divina eficacia. “Pero el Santo Nombre es algo aún más grande. Cada vez que decimos ‘Jesús’, le damos a Dios gozo y gloria infinitos porque le ofrecemos los méritos infinitos de la pasión y la muerte de Jesucristo. “Cada vez que decimos ‘Jesús’, claramente le ofrecemos a Dios todas las Misas celebradas en el mundo entero por nuestras intenciones. Entonces verdaderamente participamos en todas esas Misas. “El Santo Nombre de Jesús nos salva de innumerables males y especialmente nos rescata del poder del demonio que está constantemente tratando de hacernos daño.”
“Padre eterno y amantísimo, te doy infinitas gracias por habernos dado a tu Hijo Jesucristo y por el Santo Nombre que él tiene. Enséñame a pronunciarlo cada vez con mayor fe y amor.”
1 Juan 2, 29—3, 6
Salmo 98(97), 1. 3-6
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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