miércoles, 16 de enero de 2019

Siempre en las manos de Dios

Francisco de Sales
«La suegra de Simón estaba en cama con fiebre,
e inmediatamente le hablaron de ella»
Mc 1,30

«Jesús, acompañado por Santiago y Juan, vino a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba acostada con fiebre e inmediatamente se lo dijeron. Él, acercándose, la tomó de la mano y la levantó.» Mc 1, 29-31 

... Por lo que está escrito vemos que los Apóstoles, a saber: Pedro, Andrés, Juan y Santiago, se unieron para pedir la curación de la suegra de Pedro y esto es digno de considerarse ya que esta petición representa la comunión de los santos, por la cual el cuerpo de la Iglesia está de tal modo unido que todos sus miembros participan del bien de cada uno: de ahí viene que todos los cristianos tienen parte en las oraciones y buenas obras que se hacen en la Iglesia... 

En esto consiste esta Comunión de los Santos, representada aquí en la curación de esta enferma, que no fue curada por sus propias oraciones sino por las de los Apóstoles, que pidieron por ella. 

La enferma es admirable; no sólo no va publicando su mal, ni se entretiene en hablar de él, ni cree su deber el llamar a un médico. Y lo que es más extraño, estando en su casa el soberano Médico que podría curarla, no le dice ni palabra, le mira como a su Dios, al que ella pertenece en salud y en enfermedad. Testimonia esta mujer así, que no quiere verse libre de la fiebre hasta que Dios no quiera... 

No basta estar enfermo porque esa es la Voluntad de Dios; hay que llevar la enfermedad como Él quiere y cuanto Él quiera, poniéndonos en sus manos y poniendo en ellas nuestra salud, para que esté también a sus órdenes... 

Su dulzura y su resignación fueron grandes al no alborotar con su enfermedad ni darla a entender con palabras, pues ni al Salvador ni a los que tenía alrededor les dijo que deseaba sanarse antes que estar enferma. Aunque puede ser bueno pedir la salud al que nos la puede dar, si es para mejor servir a nuestro Señor. Pero siempre hay que pedirla con esta condición: si es su voluntad.

Francisco de Sales
Sermón (03-03-1622): Siempre en las manos de Dios
«La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella» (Mc 1,30)
X, 283-294

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