Aquieta el corazón para una pausa. Toma contacto con tu interioridad. ¿Cómo está tu corazón?
La ausencia de Dios en el alma es desolación.
“Nuestro común enemigo pone todos los inconvenientes posibles, poniéndonos muchas veces tristeza sin saber nosotros por qué estamos tristes… y venimos en parecer que en todo estamos apartados del Señor nuestro” (San Ignacio de Loyola).
¿Sientes sequedad en el alma, desgano y pesadez espiritual?
No te desanimes, ten paciencia, el Señor está presente.
Pídele que se haga sentir.
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