Aquieta el corazón y mira cómo has vivido hoy tu libertad. Agradece el amor dado y recibido.
¿En qué momentos reconoces que has estado animado, esperanzado y de buen humor? ¿Qué actitudes se despertaron en ti?
Detente a disfrutar y agradece esa experiencia de libertad. Toma un compromiso para cultivar el ánimo y buen humor para mañana.
Ave María....
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