miércoles, 12 de abril de 2017

Meditación: Mateo 26, 14-25


Los Evangelios no dicen qué hizo Jesús el miércoles de la Semana Santa. Algunos especulan que después de viajar a Jerusalén y pasar dos agotadores días discutiendo con las autoridades judías, probablemente Jesús se fue a descansar el miércoles con sus amigos en Betania.

Por lo tanto, si tú deseas observar este día tan especial, puedes imaginarte que el Señor se invita a ir a tu casa para descansar un poco. ¿Te imaginas cómo sería que él te invitara a pasar un día de tranquila reflexión y reposo junto con él?

En este mundo tan ajetreado, no es raro que tengamos la mente llena de planes, obligaciones y cosas por hacer, el cuerpo agotado y el calendario demasiado lleno de responsabilidades y actividades pendientes. Pero el descanso es esencial, porque es restaurador. También es santo, porque nos da la posibilidad de recibir a Jesús en nuestro hogar y en nuestro corazón. Imagínate que él está sentado contigo a la mesa de la cocina comentando los sucesos de la vida como lo harías con un amigo querido. O imagínate que vuelves a casa después de un día de trabajo ajetreado y lo encuentras esperándote en la puerta de tu casa, deseoso de que lo invites a cenar. Incluso si esto no significa más que dedicarle unos pocos minutos, ¡aprovecha al máximo la magnífica oportunidad! ¡No hay nada tan reconfortante como pasar un tiempo tranquilo con el Señor!

Durante este tiempo de Cuaresma, tú has venido caminando con el Señor mientras él se dirige al Calvario. ¡Ya falta muy poco! Mañana por la noche podrás presenciar cómo lo arrestan y lo flagelan; el viernes serás testigo de su crucifixión, y el domingo lo verás resucitado en gloria. Pero hoy, miércoles, te encuentras en la calma antes de la tormenta.

Cuando leas el Evangelio de hoy, escucha la voz de Cristo que resuena a través de los siglos y que te dice: “En tu casa celebraré la pascua” (Mateo 26, 18). Jesús ha decidido pasar el día contigo. Quizás tengas muchas cosas que hacer hoy, pero siempre puedes encontrar un momento especial para descansar con él y prepararte —en cuerpo y alma— para las grandes celebraciones que comenzarán mañana por la noche.
“Señor Jesús, ayúdame a encontrar un tiempo tranquilo hoy para que yo pueda descansar contigo. Ven, Señor, y ayúdame a prepararme para lo que va a suceder esta semana.”
Isaías 50, 4-9
Salmo 69(68), 8-10. 21-22. 31. 33-34

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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