jueves, 13 de abril de 2017

ORANDO EL CAMINO DE LA CRUZ - Decimotercera Estación

Señor, has bajado hasta la oscuridad de la muerte, pero tu cuerpo es recibido por manos piadosas y envuelto en una sábana limpia (Mt 27, 59).
La fe no ha muerto del todo, el sol no se ha puesto totalmente.
Cuántas veces parece que estas durmiendo.
¡Qué fácil es que nosotros, los hombres, alejarnos y decirnos a nosotros mismos: Dios ha muerto!
Señor, ¡Haz que en la hora de la oscuridad reconozcamos que Tú estás presente!
No nos dejes solos cuando nos aceche el desánimo.
Y ayúdanos a no dejarte solo.
Danos una fidelidad que resista en el extravío y un amor que te acoja en el momento de tu necesidad más extrema, como tu Madre, que te arropa de nuevo en su seno.
Ayúdanos, ayuda a los pobres y a los ricos,
a los sencillos y a los sabios,
para poder ver por encima de los miedos y prejuicios,
y te ofrezcamos nuestros talentos, nuestro corazón, nuestro tiempo,
preparando así el jardín en el cual puede tener lugar la resurrección.


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