" Estoy convencido de que todo el que haya sido tocado profundamente por Jesús, descubrirá en sí mismo una llamada para compartir el amor de Jesús con los demás. No se trata de forzar a nadie a convertirse en cristiano o manipular a nadie para que se bautice, sino ser un signo viviente del amor que ha sido descubierto a través de Jesús y que necesita ser conocido.
El deseo de proclamar a Jesús forma parte de la esencia de conocerlo y amarlo. Esta proclamación puede realizarse de modos muy diferentes y de maneras muy diversas. No siempre tiene que ser con palabras....No todo el mundo es llamado a la misma tarea, y, una vez que conocemos a Jesús, vamos a ir descubriendo poco a poco cuál es nuestra forma particular de proclamar el evangelio. Pienso, sin embargo, que es un error creer que estamos llamados a salvar al mundo forzando a que otras personas acepten a Jesús o el bautismo. Eso sería apropiarse de un papel divino que no nos pertenece. Sólo Dios salva y el espíritu de Dios sopla donde quiere, incluso entre aquellos que no conocen a Jesús y nunca conocerán explícitamente nada sobre él. Creo que esto es un pensamiento bastante ortodoxo y no es en absoluto hereje o liberal."Henri Nouwen.
Love, Henri. Letters on spiritual life.
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