“¿Habrá un padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan? Y si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!” — Lucas 11,11–13
ORACIÓN POR LOS NIÑOS VULNERABLES
Padre de todos, te rogamos, míranos ahora.
Míranos en nuestro tiempo de confesión.
Nuestros niños nos piden refugio; les damos muros de división.
Nuestros niños nos piden protección, un lugar seguro para jugar;
Nuestros niños nos piden protección, un lugar seguro para jugar;
les damos el fuego cruzado de nuestros conflictos.
Nuestros niños nos piden el pan que es tan abundante;
Nuestros niños nos piden el pan que es tan abundante;
les damos un mundo que hace llover armamentos sobre ellos.
Nuestros niños nos piden la oportunidad de crecer y seguir sus sueños,
Nuestros niños nos piden la oportunidad de crecer y seguir sus sueños,
y les damos un mundo que los convierte en soldados,
explotados y afectados, robados de su juventud.
Nuestros niños piden esperanza, un futuro significativo,
Nuestros niños piden esperanza, un futuro significativo,
y permitimos que vivan en un mundo de trabajo forzado
que los convierte en mercancías para el presente.
Nuestros niños nos piden reconocerlos, reconocer su dolor,
Nuestros niños nos piden reconocerlos, reconocer su dolor,
reconocer su vulnerabilidad, reconocer que son de hecho nuestros.
Nos hemos alejado.
Nuestros niños buscan una educación y esta crueldad es la educación que ofrecemos.
Enséñanos a verlos, oh Señor, como tú nos ves.
Nuestros niños buscan una educación y esta crueldad es la educación que ofrecemos.
Enséñanos a verlos, oh Señor, como tú nos ves.
Enséñanos a verlos con gracia y compasión— como tú nos ves.
Enséñanos a llegar a ellos con un espíritu de protección— como tú llegas a nosotros. Enséñanos a sacrificarnos por amor a ellos— como tú sacrificaste todo por nosotros.
Danos un corazón para responder como tú respondes:
Danos un corazón para responder como tú respondes:
Oh, mi hijo precioso, tú no tienes que pedir. Todo lo que es mío es tuyo.
Amén
Amén
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