miércoles, 7 de febrero de 2018

RESONAR DE LA PALABRA Evangelio según San Marcos 7,14-23.

Evangelio según San Marcos 7,14-23. 
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!". Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. El les dijo: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?". Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. Luego agregó: "Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre". 


RESONAR DE LA PALABRA

José Luis Latorre, misionero claretiano
Queridos hermanos:
Jesús ha comenzado su enseñanza diciendo: “Escuchadme y entended”. Escuchar es el gran mandato de la religión judía: “Escucha, Israel…” Sólo desde la escucha se entiende y comprende el mensaje de Jesús, porque con los oídos oímos pero con el corazón escuchamos y entendemos. Del corazón brotan las buenas o malas opciones. El corazón es la fuente del bien y del mal. Jesús afirma “nada de lo que entra en el hombre puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al hombre”. Siempre hemos oído que Dios mira el corazón y lo escudriña, y que comprende las intenciones más íntimas que motivan nuestras decisiones. Frente a Dios nadie puede esconderse.
Es interesante observar: la lista de pecados que enumera Jesús son los que dañan las relaciones con el prójimo: “malos pensamientos, fornicación, robos, asesinatos, adulterios, codicia, malicia, fraude, desenfreno, envidia, arrogancia, desatino”. Siempre en las relaciones humanas el criterio principal es el amor. El amor es la regla de oro y el criterio fundamental de todo el obrar humano y cristiano. Como dice Pablo “a nadie debáis nada más que amor”y también afirma que el amor es la plenitud de la Ley. Y Jesús nos recuerda que en el amor a Dios y al prójimo está la plenitud de la Ley y los Profetas.
El corazón humano se modela en la escucha de Dios. Este Dios que habla en la historia de hoy, por la Iglesia, en los más débiles e indefensos de la sociedad, en la comunidad cristiana, en las verdaderas necesidades del hombre, en el grito de los sufrientes y oprimidos, en la Palabra de Cristo que siempre nos llama al seguimiento y que nos invita a superar los esquemas que cada uno nos construimos y justificamos. Este Jesús que nos propone ser verdaderos discípulos en la escucha de la Verdad por el camino de la interioridad.
Necesitamos volver a los “cinco minutos diarios para Dios”, ese momento donde nuestro corazón, escuchando la voz de Dios, encuentra sosiego, paz, fuerza y ánimo para poder dar a los demás lo mejor que hay dentro de nosotros mismos.

fuente del comentario CIUDAD REDONDA

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