domingo, 9 de septiembre de 2018

UNA FAMILIA ESPIRITUAL.

"El bautismo es más que un camino hacia la libertad espiritual. También es el camino hacia la comunidad. Bautizar a una persona, sea niño o adulto, es recibir a esa persona en la comunidad de la fe. Los que vuelven a nacer desde arriba por medio del bautismo, llamados a vivir la vida de hijos e hijas de Dios, pertenecen a una familia espiritual, el cuerpo vivo de Cristo. Cuando bautizamos a una persona, le damos la bienvenida a la familia de Dios y le ofrecemos guía, sostén y formación para que crezca hasta la madurez plena de una vida en Cristo".

Henri NOUWEN




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