Con Jesús por la mañana.
«Queridos jóvenes, llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor» (Papa Francisco) Coloca en el Corazón de Jesús a toda tu realidad y a todas las personas que hay en tu vida. ¿Qué te alegra o te preocupa hoy especialmente? Ofrece tu día por los jóvenes, para que sepan responder a la llamada de Cristo a llevar su Amor a sus realidades cotidianas.
Con Jesús por la tarde.
«Pedro le dijo: –Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti! Jesús le respondió: –¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo me negarás tres veces". (Jn 13, 37-38) ¿Tratas de ocultar tu fragilidad con autosuficiencia? ¿Has traicionado el amor o la confianza que alguien puso en ti? Entrega las traiciones hechas o recibidas diciéndole a Jesús: “Señor te entrego las deslealtades que hice o que sufrí”.
Con Jesús por la noche.
Pon un nombre a tu día. Busca aquietarte. Repasa el día vivido. ¿Hubo algún acontecimiento que te afectó en especial durante el día? ¿Cómo te sientes ahora? ¿Qué ha sido lo más significativo de tu día? Mirando lo vivido, ¿Qué nombre pondrías a tu día? ¿Por qué?
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