Jesús situó en Sí Mismo, como Hermano nuestro, todas las posibilidades de la comunicación de fuerzas de un hermano al otro, infinitas fuentes de misericordia.
El Hijo de Dios, haciéndose nuestro Hermano mayor, confirmó la voluntad de Dios de ayudar a cada uno de nosotros por medio de otro hombre, por medio de un hermano nuestro en la humanidad. Demostró, con esto, la enorme importancia del hermano en nuestra existencia y mi importancia como hermano en la existencia de otros, y con esto, nuestra responsabilidad recíproca con los demás, como hermanos. [...]
Jesús situó en Sí Mismo, como Hermano nuestro, todas las posibilidades de la comunicación de fuerzas de un hermano al otro, infinitas fuentes de misericordia. Él vivió, de forma culminante, la responsabilidad del hermano por sus hermanos, el valor que tienen Sus hermanos humanos para Él, el contenido emocional que da a mi propia vida mi interés por mis hermanos, el interés de mi hermano por mí, además del calor y el sentido que le da a la vida humana la relación entre hermano y hermano.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 173 la Varsanufie şi Ioan, Scrisori duhovniceşti, în Filocalia XI, Editura Episcopiei Romanului şi Huşilor, 1990, p. 146) Fuente Doxologia
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