Con Jesús por la mañana.
“No existe peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre” (Papa Francisco). ¿Qué priorizas tú con tus decisiones? ¿Respetas y ayudas a respetar los derechos laborales de quienes trabajan contigo? Reflexiona cómo podrías contribuir con esta causa y haz un pequeño propósito concreto. Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
“Él se dirigió primero a los discípulos: Cuídense de la levadura, o sea, de la hipocresía de los fariseos. Nada hay encubierto que no se descubra, nada oculto que no se divulgue” (Lc 12, 1-2). El respeto a los demás nos exige coherencia. ¿Hablas con delicadeza a tus hermanos? ¿Respetas su individualidad y tienes paciencia con sus defectos? Ora así: “Señor quiero ser vasija que Tú modeles”. Renueva el propósito de la mañana.
Con Jesús por la noche.
Vivir en la verdad. ¿Qué experiencias te enriquecen como persona? ¿Qué situaciones te alejan de los demás, de Dios y de ti mismo? ¿Qué has aprendido hoy? Recuerda: la mejor inversión que podemos hacer es vivir en la verdad porque eso nos hace realmente libres.
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