Con Jesús por la mañana.
Jesús no vino a colgar pequeñas velas en nuestras encrucijadas, sino a encender toda existencia humana, para que todos brillemos desde dentro con luz propia. Cada uno de nosotros lleva el combustible inextinguible de la luz, que llega hasta nosotros desde el misterio mismo que sustenta constantemente nuestra existencia (B. González Buelta sj). Ayuda a otros a que brillen con luz propia. Alienta a quien está caído, fortalece a quien tiene dudas, enseña a quien no sabe, con sencillez y con ternura sin invadir ni atropellar. Ofrece lo que vivas por la intención del Papa para este mes.
Con Jesús por la tarde.
“Él se dirigió primero a los discípulos: Cuando los conduzcan a las sinagogas, ante los jefes o autoridades, no se pregunten de cómo se van a defender o qué van a decir; el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que hay que decir” (Lc 12, 11-12). ¿Confías en el Señor, y le entregas tus problemas y dificultades? Repite con San Ignacio: “Toma Señor y recibe, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Renueva el propósito para este día.
Con Jesús por la noche.
Ser más consciente. ¿Crees que vas creciendo interiormente? ¿Sientes que aumenta tu esperanza, tu amor y caridad? ¿Qué te llena la vida de plenitud? Entrega esta noche a tu Padre del cielo tus preocupaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario