¡Cuánto nos ama Dios! El hombre fue creado con libre albedrío, con una razón y con sentimientos.
Si me sucediera que pierda ese estado de presencia, ¿cómo puedo obtenerlo nuevamente?
—Regresa inmediatamente. “¡Me he equivocado, Señor! ¡Perdóname, Señor!”. No te descuides. “¿Qué, dejarme comer por la fiera, sin tan siquiera defenderme? ¡No! ¡Si se puede, la terminaré derrotando!”. Porque esto quiere Dios, que vuelvas, porque lo demás lo resuelve Cristo.
Lo que quiero que entiendas es que el hombre no puede salvarse a sí mismo por sus propios medios, sino que son sus buenas obras las que aplacan a Dios. ¡Y cuánto nos ama Él! El hombre fue creado con libre albedrío, con una razón y con sentimientos. Yo vengo, delibero y me pongo a pensar si es bueno hacer esto o aquello, y luego me pongo en acción. ¡Cuántas cosas (buenas) puedo pensar en hacer, pero si luego no las hago, no pasa nada! ¡Pero cuando las hago, entonces viene la Gracia! “¡Pones tu voluntad y recibes fuerzas!”, como dice el profeta Isaías. Si lo quieres siempre, siempre vendrá la Gracia.
(Traducido de: Ne vorbeşte Părintele Arsenie II, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2004, p. 52-53)
Fuente Doxologia
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