"Las investigaciones muestran que la risa refuerza el sistema inmunitario y entona la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo. Nos ayuda a compartir con los demás un momento de gracia; más aun, la risa refresca nuestras almas al permitirnos conectar directamente con Dios.
La risa es una de las herramientas que Dios utiliza para derribar nuestros muros de defensa y aislamiento. Cuando reímos, arrancamos a tiras nuestras convenciones y nociones preconcebidas. Nos permitimos estar más abiertos y ser más capaces de respuesta al don del momento. Es precisamente en esos momentos en que dejamos caer nuestras cáscaras quebradizas cuando Dios danza en nuestras vidas, transformando y renovando nuestro mismo ser".
W. Koenig-Bricker
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