Si estos dominan el alma, dan a luz a otros tres tiranos: la pereza (o dejadez), el olvido y la ignorancia, que destruyen las fuerzas del alma y la mente.
El principio de las pasiones se halla en la irracional comprensión de lo que son las cosas, lo que tiene como consecuencia la mala utilización de las mismas. Esta es la manifestación de la irracionalidad, que representa también la perversión puesta en práctica y que es condenada no solamente por la justicia divina, sino también por la humana. Por eso es que existen los tribunales y las prisiones.
Los tres gigantes de las pasiones, como les llaman los Santos Padres, son el amor a los placeres, la avaricia y la vanagloria. Si estos dominan el alma, dan a luz a otros tres tiranos: la pereza (o dejadez), el olvido y la ignorancia, que destruyen las fuerzas del alma y la mente.
(Traducido de: Gheronda Iosif Vatopedinul, Dialoguri la Athos, Ed. Doxologia, Iași, 2012, pp. 32-33)
fuente Doxologia
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