viernes, 20 de octubre de 2017

¿El amor tiene precio?

Decídete y no tengas miedo de pagar el precio del amor

¿El amor tiene precio? Seguramente sí. Creo que todo lo que es precioso en nuestra vida es porque cuesta sacrificio para nosotros o para otros que lo adquieren en nuestro favor. Saber dar el debido valor a todo lo que tenemos, sin embargo, es el desafió nuestro de cada día.

¡Creo que el amor tiene su precio y, además, cuesta muy caro! Vamos a dar cuenta de eso en los numerosos descubrimientos que él nos lleva a hacer cuando tenemos coraje de lanzarnos en la linda y desafiante aventura de amar y ser amados



El Padre Kentenich, en el libro “Santidad de todos los días”, asegura que el verdadero amor es como el sol ardiente, porque despierta y hace germinar todas las semillas ocultas en el hombre. Dice también que muchas personas no se desarrollan ni moral ni espiritualmente, porque en vano esperan, nostálgicos, un simple gesto de amor. Y existen otras que traen en si la inclinación al heroísmo y podrían elevarse como águilas hasta el sol, además, permanecen en planos inferiores, porque no fueron amados ni amaran.

Teniendo en consideración la importancia fundamental de este don en nuestra vida, observo que aún se habla poco sobre él. Es verdad que vemos la palabra amor estampada por todos lados y escuchamos a muchos pronunciar, pero a veces sostengo que la mayoría desconoce ese sentimiento. Lo usan como una expresión bonita, romántica o algo así, pero hicieron la experiencia del amor en sus vidas y sufren por eso.

Amor, vocación primera del hombre

Yo deseo exaltar el amor como vocación primera del hombre. Fuimos creados por el amor y para el amor y este es el sentido real de nuestra existencia.

“Como el cuerpo fue creado para el alma, así el alma fue hecha para el amor”, dice San Francisco de Sales. Y Dios, que creó el hombre, por lo tanto, el cuerpo y el alma, por amor y con amor, también espera de nosotros, por lo menos, la disposición para amar. Conscientes o no, tenemos sed del amor puro y verdadero y queremos amar en la medida correcta, pero es difícil encontrar buenas referencias.

Jesucristo, el Maestro del Amor, por su vez, nos muestra la dirección cuando dice al escriba: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Seguramente, es esta la mejor referencia de amor. Además, como no puedo dar lo que no tengo, para amar mi próximo debo tener también un sano amor proprio, ¿Estás de acuerdo?

Podemos comenzar por una análisis: ¿Será que me amo y me acepto como soy?  ¿Que tipo de amor ofrezco a las personas que se relacionan conmigo? ¿Ya he experimentado el amor en mí vida o lo he buscado sin jamas encontrarlo?

Amar es una decisión

he descubierto muchas bellas flores en el jardín de mí corazón desde que decidí amar y ser amada. Y que las semillas de todo lo que es bueno, noble y bello germina cuando calienta el sol del amor y nos hacen florescer, convirtiendo este mundo en algo mejor. Amar es un desafío constante, es verdad; pero también es una motivación constante, porque nos remite a lo que somos en la esencia, y desde ahí encontramos a Dios, que nos plenifica y nos sana.

¿Tu también quieres hacer esta experiencia? Para comenzar, recuerda que el amor que sana y transforma al que ama es el amor que damos, no lo que esperamos recibir. Entonces, comienza ahora mismo a amar y sentirás los efectos. Otro consejo importante en este arte es que amar es más que sentimiento, es una decisión. Por lo tanto, decídete y no tengas miedo de pagar el precio del amor. ¡Él es fuerte como la muerte e incluso nos hace morir…¡Porque el amor también es donación! Y es siempre vencedor y nos resucita para vivir libres volando alto como águilas y alcanzando el heroísmo al cual Dios nos llama.

Dijanira Silva
Misionera de la Comunidad Canción Nueva, actualmente reside en la misión de San Pablo
Fuente Portal Canción Nueva en español

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