lunes, 5 de diciembre de 2016

Coloca tus derrotas en la cruz de Cristo

Tenemos que colocar nuestras derrotas en la cruz de Cristo para dejar que Él viva en nosotros
El “Hosanna Brasil” es un encuentro marcado para conmemorar las victorias alcanzadas durante el año. Tengo seguridad de que cuando comenzamos el año no teníamos noción de lo que iba a pasar a lo largo del 2016. Teníamos proyectos, intuiciones y nos preparamos para enfrentarlos, pero otras cosas sucedieron: nuevos campos de batalla, decisiones, pérdidas y tantas otras derrotas para lo que no estábamos preparados. Pero nos preparamos para lo mejor.

Y Dios también nos ve cuando hacemos planes, y como Él es omnipresente y omnipotente, nos pide que nos preparemos, sin embargo, si no nos preparamos, Él siempre estará con nosotros y nunca nos abandonará, jamás, incluso nunca nos abandonó.

Cuando comenzamos el año en Canción Nueva preparamos toda nuestra agenda para el 2016, pero desde ese día hasta hoy han sucedido cosas inesperadas. Luchamos, perdemos algunas veces, otras ganamos, pero vinimos a celebrar. Vinimos a conmemorar no solo las victorias, sino también las derrotas, pues gana la guerra quien suma derrotas y se va tornando, a lo largo de la vida, un guerrero consciente.

A la humanidad le encanta crear leyes, pero la ley no es la que salva, sana y da victoria. Quien da la victoria es la plena confianza en la gracia y en la misericordia de Dios. En Gálatas 2,17-21, Pablo nos pregunta si al buscar en Cristo la salvación hemos resultado también nosotros pecadores ¿será que Cristo está al servicio del pecado? Si en Jesús solamente llegáramos a la conclusión de que somos pecadores, ¿Qué clase de Dios sería?

Pero la respuesta viene en seguida, diciendo que, a partir del momento en que nos encontramos con Jesús, destruimos junto a Cristo nuestro pasado de pecado. En ese exacto momento de encuentro percibimos que somos pecadores, pero también en ese momento nuestra vida de pecado es destruida en Él.

Por lo tanto, pecado sería si yo reconstruyera, después de encontrarme con Jesús, todo lo que destruí con Él, en este caso, el pecado. Después de encontrarnos con Jesús no podemos estar buscando justificativos para volver al error. Es más, fue en virtud de la ley de los hombres que Jesús murió en ella, por eso Jesús nos dice que no juzguemos, para no ser juzgados. Por eso, Él nos invita a tomar nuestros pecados, fallas, las decisiones equivocadas del 2016 para dejarlas en la cruz.

No demoremos un segundo bajo la ley de los hombres que quiere juzgar y condenar a las personas que se equivocan, pues todos nos equivocamos. La gran oportunidad, además de celebrar las victorias de este 2016, es la de entregar, también, a Jesús nuestros pecados, pues si Él muere en la cruz, muere con todo lo que le entregamos.

No llegamos hasta aquí solo para celebrar las victorias, sino para traer nuestras derrotas y tomar consciencia de que las derrotas van a continuar aconteciendo, porque nadie es infalible y es por eso que la ley mata.

La pedagogía de este encuentro no es hablar de las derrotas, al contrario, es la de hablar de victorias, pero tenemos que entregar nuestras derrotas para que sepamos que ellas tienen lugar, y es en la cruz del Señor.

Tenemos que saber experimentar no solamente las victorias en Cristo, sino también la derrota, pues si Jesús fue derrotado en la ley de los hombres, así también tenemos que saber perder en la ley de los hombres. Si perdemos con Él, podemos expulsar una vez más nuestros pecados y experimentar nuevamente la misericordia de Dios, para resucitar después junto a Él.

Si tomamos nosotros mismo la Cruz y entendemos que en la dinámica de la vida vamos a experimentar derrotas, podremos siempre recomenzar nuestra vida en Dios. Es ingenuo pensar que no vamos a caer, que no vamos a errar y es peor juzgar a quienes se equivocan, porque siempre que erramos, que caemos, podemos recomenzar, pues estamos por encima de la ley injusta de los hombres.

En este pasaje dice también que vamos a luchar en esta vida en la carne, pues no somos ángeles, esa carne tiene necesidades, preocupaciones, responsabilidades. Vamos a enfrentar nuestras tentaciones y batallas en Cristo, aun con los límites de esta carne. En esta batalla diaria, dejamos de vivir nosotros para que Cristo viva en nosotros, en nuestras decisiones, en la fe en Cristo Jesús. Hosanna quiere decir: “Sálvame”, es lo que tenemos que gritar en la fe en Jesús.

Tenemos el 2017 por delante para vivir y hacer planes, pues al hombre le cabe hacer planes y a Dios realizarlos. Ya estamos preparados para las victorias del próximo año y tal vez, no lo estemos para las derrotas, pero no serán las victorias las que nos harán vivir grandes momentos, sino la fe en Jesús.

Pues así, en todas las derrotas, en todas ellas, estaremos experimentando la compañía de Jesús que es capaz de absorber todos nuestros errores en su misericordia. Pues ya no somos nosotros quienes vivimos, sino Cristo quien vive en nosotros.

Dunga
Misionero de la Comunidad Canción Nueva
Prédica durante el Campamento “Hosanna 2016”
fuente portal Canción Nueva en español

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