En este primer viernes el Papa nos invita a rezar «que en ninguna parte del mundo existan niños soldados.» Niños inocentes, vulnerables, débiles e indefensos que son obligados a luchar una guerra que ni siquiera comprenden. No podemos ser indiferentes a la incitación a la violencia que reciben los niños todos los días por la televisión o los juegos electrónicos. No podemos dejar que el corazón y la mente de nuestros niños terminen por creer que matar es un juego y que el mayor premio es haber matado a todos. ¿Cuidas el corazón y la mente de los niños? ¿Dejaremos que la guerra nos robe su inocencia? Aleja a los niños de la violencia, en especial de esa que llega a ellos por medio de los juegos “inocentes “y que no lo son.
Con Jesús durante el día.
«Al entrar en casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les dijo: ¿Creen que puedo hacerlo? contestaron: Sí Señor. Él les tocó los ojos diciendo: Que suceda como ustedes han creído. Entonces se les abrieron los ojos» (Mt 9, 28-30). ¿Crees en un Dios con un amor dispuesto a dar la vida por ti y por cada hermano tuyo? Ten un gesto de cariño reparador con un hermano. Repite al ritmo de la respiración «Señor, aumenta mi fe en tu poder…» mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Haz memoria del día. Tu vida diaria tiene un comienzo, un proceso y un final. Es importante recordar cómo iniciaste el día y cómo estás terminando. ¿Con qué sentimientos y pensamientos iniciaste el día? ¿Qué te afectó durante el día? ¿Cómo describirías los que sientes “aquí y ahora”?
fuente El Evangelio en casa
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