Con Jesús por la mañana.
“En cualquier pueblo o ciudad por donde pasaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejara tocar al menos el borde de su manto, y los que lo tocaban se sanaban” (Mc 6, 56). Jesús acariciaba y tocaba a los enfermos, ofrecía su cercanía y afecto. “El tacto supone la máxima cercanía física. A través de abrazos y caricias transmitimos afecto, salud y vida” (Benjamín Gonzáles Buelta sj). ¿Cómo manejas la cercanía física en tus relaciones? ¿Qué te despierta? Abraza, entrega afecto, demuestra cercanía a quienes amas. Ofrece el día por la intención del papa.
Con Jesús por la tarde.
Enfermedades espirituales. “Dichas pasiones habrían sido creadas por el hombre y constituirían las fuerzas que lo llevan a adherirse a las criaturas limitadas y finitas, en lugar de unirse al Creador” (Germán Guidi sj). Enferman nuestro espíritu fuerzas que nacen del corazón y que nos alejan de Dios. Jesús pasó sanando los corazones y reconstituyendo vidas rotas. Reflexiona ¿Qué pasiones atan tu corazón y te esclavizan? ¿Enojos, miedos, orgullo, rencores, dependencias afectivas? Pon delante de Jesús lo que descubras y pídele que toque tu corazón y lo sane.
Con Jesús por la noche.
Elegir la vida. Toma consciencia de cómo te sientes ahora. Agradece los pequeños detalles que te llenaron de alegría y esperanza. Mira la dirección general de lo vivido ¿Has elegido la vida? ¿Has amado? o ¿Has quedado fijado al mal humor o al enfado? Habla con Dios y comprométete para mañana a elegir la vida, a abrazar, ayudar, servir, sonreír, a besar.
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