Para desarrollarse, la confianza requiere comunicación y diálogo. El niño habla y expresa sus deseos no sólo a través de palabras, también a través de llantos, con su cuerpo, con un completo idioma no verbal. Si los deseos del niño no son atendidos o son malentendidos, va a llegar un momento en el que va a dejar de expresarlos. Se cerrará sobre sí mismo; morirá dentro de sí mismo. Para vivir en confianza, un niño necesita sentirse comprendido. Necesita que sus padres, o alguien que ocupe su lugar, hablen y compartan cosas con él.
-Jean Vanier, Cada Persona es una historia sagrada, p.85
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