Aprende a pedir ayuda y acepta algunos consejos; la humildad es la madre de la sabiduría. En aquel día, el Maestro estaba en dificultades a la orilla del mar. Una multitud parecía que los empujaba para adentro de las aguas. Entonces él pidió ayuda a un pescador que estaba allí con su barca. Él subió en la barca de Pedro, convirtiéndolo en un palco y desde allí fue más fácil predicar a la multitud, que estaba en la playa. Jesús aceptó la ayuda de Pedro, después fue Su oportunidad de dar un consejo al futuro apóstol: “Ah, ¿no pescaron nada durante toda la noche? Es porque pescaron en el lugar errado, avancen hacia aguas más profundas, lancen las redes allá, en alto mar”. Aún siendo el consejo de un carpintero a un pescador, Pedro lo aceptó… y la pesca fue milagrosa.
p. Joaozinho
cfr. Lucas 5, 1-11
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