Necesitamos ser atraídos y entrar en la "corriente" del Señor. Al principio, nos vamos a desequilibrar, pero luego vendrá el equilibrio y lograremos nuevamente tomar el rumbo. Quien nos conduce es Dios, pero para eso se necesita mucha oración.
Por medio del olfato, el perro va en busca de lo que quiere. El olfato es parte del instinto de él. Dios es parte de nuestro instinto, a pesar de la tentación, de esa "nube de negra" que cayó sobre la faz de la tierra, sobre nuestra mente sobre nuestro corazón y nuestra voluntad, "oscureciendo" todo en nosotros. Pero el instinto de Dios presente en nosotros continúa y funciona. Y donde Él está, allí existe una atracción.
El Señor quiere a entrenarte nuevamente. Quiere devolver el "olfato" que el mundo ha quitado. Dios está recreando en ti y poniendo en tu corazón ese sentido nuevamente. Déjate "entrenar" por Él. Dirígete a la adoración, levántate de madrugada y comienza a orar como Dios te inspire. Él nos quiere "perros rastreadores" y de "caza". Procura ser un "rastreador" dócil. Deja al Señor entrenarte en la adoración.
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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