¡Buen día, Espíritu Santo!
No vengo en la mañana a negociar Contigo,
sino a entregarme confiado a Ti, Divino Espíritu.
Tú eres el Dueño de mi vida,
soy Tuyo, Tú eres mi Dueño.
Tú eres el que llena todo,
el que todo lo da.
Tú eres el Presente mas presente.
Suplico Tu Bendicíón sobre mi.
Tú que eres Poderoso, hazme sentir Amor y gozo;
Paz y alegría.
Glorifícate en mi vida, en mi familia.
Otorga bendición a mi andar,
mi voluntad y mi sentir,
Bendice el trabajo, mis esperas,
cada proyecto que siembres en mi mente,
cada proyecto en curso.
Santifica y restaura nuestros hogares,
nuestras relaciones, nuestros matrimonios.
¡Amén!
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