Veamos el Evangelio de San Mateo, capítulo 12, versículos 46 al 50. Procuremos estar atentos al gesto de Jesús, en lugar de preocuparnos si esas personas eran o no los hermanos y la madre de Jesús. Vale la pena recordar que Jesús no estaba en crisis de identidad, despreocupado, olvidando quien era su madre. Él no estaba tampoco maltratando a sus parientes, él apenas quería dar un paso más.
“Extendiendo la mano hacia sus discípulos Jesús dijo: estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.Nuestro Señor quería alcanzar a los discípulos extendiendo las manos. ¿Será que hoy, Jesús al extender sus manos conseguirá alcanzarnos? Cuando El extiende sus manos, El quiere decir que aquellos que estaban frente a él hacían la voluntad del Padre
Mateo 12, 49-50
¿Jesús, al extenderte sus manos, puede decir eso mismo de ti? Hoy tienes dos opciones: o luchas con Dios y estas con tus manos caídas o le extiendes las manos y lo acoges en un abrazo.
Dios te trajo para extender sus manos y recibir tu abrazo. Necesitamos extender las manos para Dios y recibir Su descanso. Todas las veces en que ‘vencemos’ a Dios intentando imponer nuestra voluntad, en realidad, no vencemos nada, al contrario, perdemos.
¿Sabes quien fue el primer modelo de quien hace la voluntad del Padre? La Virgen María.
En el día de hoy, ¿qué eliges?
¿Acoges al Señor queriendo demostrarte como vencedor o Lo acoges en un abrazo?
Muchos de nosotros dejamos de hacer la voluntad de Dios para hacer nuestra propia voluntad. Hay mucha gente queriendo probar: ‘quien manda en mi vida, soy yo’. Dios está extendiendo sus manos para ti, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a luchar contra El o vas a iniciar un camino de cura interior?
No estoy diciéndote que debas volverte una piedra, puedes continuar con tus proyectos pero en primer lugar, que sea la voluntad de Dios la que impere. en tu vida. Necesitamos permitir que la mano de Dios nos alcance. Hacen parte de la familia de Jesús aquellos que se dejan tocar por las manos de Dios Padre.
El Salmo de hoy habla sobre aquella que obedece a Dios, mira lo que el Todopoderoso hizo en ella. Mira lo que Dios quiere realizar en ti, aún en tu vida profesional.
Imagínate este escenario: una persona por estar cansada de lo que ha vivido, necesita gritar socorro. Imagínela en medio a este tumulto, entonces ella ve que alguien le extiende el brazo. Seguramente esa ayuda le dará un sentimiento de alivio. Si estás así, entonces es hora de que experimentes la sanación interior. ¡Para de luchar contra Dios!
La sanación interior comienza en las manos de Dios. El debe ser firme con Sus hijos sin perder la ternura. Dentro de casa extendemos las manos los unos con otros todo el tiempo para ayudarnos mutuamente o hacemos eso para acusarnos diciendo: “Es tu culpa”. Jesús no nos acusa, El quiere sanarnos y dice: “Yo te puedo sanar, yo quiero sanarte pero Yo te respeto” .
Puedes extender las manos al Señor, hablarle de tus problemas y de los caminos que recorriste esperando encontrar alegría en tu camino. Entrégate en las manos del Señor. Déjalo sanar tu corazón.
Jesús está extendiendo las manos hacia ti y quiere sanarte. Deja que sus manos extendidas te alcancen. ¡No existen distancias físicas o geográficas que impidan la mano de Dios!
Padre Fabricio Andrade
Sacerdote de la Comunidad Canción Nueva Encuentro PHN 2015
Fuente Canción Nueva en español
Adaptación de la traducción sobre original en português
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