lunes, 20 de julio de 2015

Don de Fe y milagros - Parte V



YO PROTEJO MI FAMILIA,
YO REZO POR ELLA

Parte V
Padre Santo, Padre amado, Padre querido, en nombre de Jesús, te alabamos Señor. Colocamos en tu presencia nuestra familia siempre tan afligida por la tentación y tan necesitada de tu amor divino. Nos unimos todos los que, esparcidos por el mundo entero, enfrentamos con fe los mismos sufrimientos y disfrutamos de las mismas alegrías.
Señor, alabamos y agradecemos el amor que existe en nuestro hogar, porque somos una familia, porque nos diste el uno al otro. Gracias por el sacramento del matrimonio que nos une y protege.

Hoy, precisamente en éste momento, con mucha fe y confianza, te consagramos cada una de nuestras familias, Señor. Entregamos a tus manos a cada uno de los que hacen parte de la familia, Señor.

“Lo que Dios unió, el hombre no lo separe” (Mateo 19,6)

Te suplicamos por ésta Palabra: bendice nuestra familia, cura nuestros dolientes, reencamina a los que se perdieron, concédenos la gracia de un hogar restaurado y saludable. Invocamos Tu Nombre Jesús, clamamos por tu sangre preciosa, para lavar a las personas de nuestra casa liberándola de todo mal y purificándola de sus pecados.

Padre amado, Tú sabes cuán atacada ha sido nuestra familia por la tentación y agredida por las tribulaciones. Cuando no somos heridos por los desentendimientos y divisiones, somos afligidos por problemas de afuera: incomprensiones, persecuciones, amenazas, peligros y dolencias. Por lo tanto, en este momento, queremos entregar y consagrar a cada persona de nuestro hogar a Ti, a tu nombre Jesús y a tu Sangre redentora.

Somos responsables por muchas cosas que nos acontecieron. Somos culpables de muchos sufrimientos y divisiones en nuestro hogar. Perdónanos, Señor, por todas las veces que cerramos nuestro corazón al amor, a la comprensión, generando discordias y destruyendo la paz entre nosotros. Perdónanos por las veces que nos ofendemos, por las agresiones, por las mentiras y desprecios con que nos desanimamos y herimos los unos y los otros. Ten misericordia, Dios nuestro, y con tu Espíritu, lávanos, purifícanos de todo egoísmo. Perdón por todas las humillaciones hicimos pasar a nuestra familia, por incomprensiones, por la mala voluntad y predisposición en oír lo que el otro tenía que decir, por no respetar sus límites y flaquezas, por las veces que aislamos a alguien y somos indiferentes unos con otros. Perdón por las veces que hicimos crecer el rencor y la rabia entre esposa y marido, hijos, y parientes.

Perdón, mi Dios!
Perdón por todos los momentos en que actuamos dominados por la rabia y fuimos agresivos y violentos con aquellos que el Señor nos confió para amar. Destruye, por la victoria de la cruz, toda fuerza de desprecio y frialdad en la manera como nos tratamos, por las tristezas que causamos al punto de hacer que nuestra familia nos detestase y hasta alguno desanimase en su fe.
Libéranos de lo rancio dejado por palabras malditas que dijimos, por las veces que nos dejamos dominar por sentimientos de ira y Te ofendimos con palabras ultrajantes o llevamos a otras personas a eso.
Señor, colocamos todos nuestros pecados a tus pies.

Estamos viviendo las tristes consecuencias de nuestros errores que perjudicaron nuestra familia. Estamos arrepentidos y pedimos: ten compasión de nuestra casa. Salva nuestra familia. Libéranos del mal que atrajimos sobre nosotros mismos.
Queremos ser cubiertos con la Sangre Redentora de Jesús. Queremos la fuerza salvadora de esa Sangre operando en nuestra familia para purificarnos y liberarnos de toda opresión causada por el pecado.
Jesús, por tu preciosa Sangre, cierra las puertas que tenemos abiertas al mal para actuar en nuestra casa. Bendice nuestro país, nuestros hijos y nuestros cónyuges. Gracias por la vida de cada uno de ellos.

Derrama sobre nosotros tu Espíritu y toca nuestros corazones.
Danos la gracia de ver las cualidades de aquellos que conviven con nosotros, no permitas que nos quedemos anclados en sus limitaciones. Hoy, con tu gracia, queremos perdonar y amar a cada uno de nuestro hogar. Sabemos que Tú, Señor Jesús, tienes el poder de restaurar y renovar nuestra familia. Extiende Señor tu mano poderosa y cúranos, cura cada persona de nuestra casa, cura nuestro corazón y nuestras relaciones, para que podamos recomenzar de una manera mejor y más amorosa.

Entra en nuestra casa y quédate en medio de nuestra familia, participa de nuestro matrimonio, bendice con tu presencia nuestras relaciones, entra en el corazón de cada uno de nosotros y permanece ahí, Señor. Que a partir de ahora Tu presencia sea tan viva y tu Espíritu actúe con tanta eficacia que podamos vivir en paz en el seno de nuestra casa, amándonos y respetándonos como familiares que somos. Padre santo, Padre amado, Padre querido, llenos de gratitud y alegría, consagramos nuestra vida, nuestro hogar y nuestra familia a Ti, en nombre de Jesús, en el poder del Espíritu Santo. Amén.

Oh María, concebida sin pecado! Ruega por nosotros que recurrimos a Vos. (Esta es una oración que tiene todavía más fuerza cuando es realizada con la familia reunida)

Del libro: “Dons de Fé e Milagres”
Márcio Mendes
Editorial Cançao Nova
Adaptación Del original em português.

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