La testigo

María Magdalena es una mujer transformada por la Palabra de Dios; permitámonos también ser transformados, tocados y  modificados por esa Palabra, porque ella cambia el sentido de nuestra vida y de nuestra existencia!

Todavía existen en la faz de la tierra tantos seres humanos en busca de una razón y de un sentido para su vida. María Magdalena encontró en Jesús la razón y el total sentido de su vida. Algunas veces, nosotros hasta estamos detrás de Jesús, pero no permitimos que Él sea la razón y el sentido de nuestra vida. Cuando nuestro encuentro personal con El es verdadero, nosotros no sacamos nuestro mirar de Él!

María Magdalena fue también testimonio fiel de la resurrección de Jesús, el Resucitado se apareció a ella en primer lugar. Ella contempló el Cristo vivo. Su corazón estaba desolado y triste, porque su Señor no había muerto, como también Su Cuerpo no estaba allí. Hecho que la dejó totalmente triste, porque, aún muerto, ella cuidaba del Cuerpo del Señor (que yacía en el sepulcro después de Su muerte).

El encuentro de Magdalena con el Señor le trajo una alegría que irradió para siempre en su corazón; ella fue irradiada por Cristo vivo y Resucitado y fue contar a todos que ella lo había visto.

Las personas no quieren apenas saber que Cristo está vivo, porque eso puede parecer apenas una teoría o una explicación de un hecho; ellas quieren encontrarse con aquellos que son resucitados por el encuentro personal con Cristo!

Precisamente testimoniar al mundo que Cristo está vivo con nuestra vida y con nuestros ejemplos! Nosotros no podemos comportarnos en el mundo como muertos, tristes, desanimados y sin gracia. No podemos dar un testimonio sin entusiasmo de la Resurrección del Señor. Quien es que va a creer en una persona que habla que Cristo está vivo si su vida parece muerta? No, no debe ser así! Es con vivacidad, con dinamismo y con la vida que proclamamos para el mundo que Jesús hace toda la diferencia en nuestra vida!

Pe. Roger Araujo