Jesús dijo a sus apóstoles:
"El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño.
Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa!
No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos.No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres."
RESONAR
Queridos amigos, paz y bien.
No es muy agradable el panorama que se nos presenta hoy tampoco. Ayer se nos enviaba como ovejas en medio de lobos, y hoy se nos promete la palma del martirio. No es algo que esté hecho para todos, lo de ser mártir, digo. Es un don de Dios. En 2010 se estrenó una película, De dioses y hombres, sobre un grupo de monjes que fueron martirizados en Argel por causa de su fe. Toda la película muestra la evolución y la lucha por la que van pasando los monjes, desde el miedo y el rechazo, las ganas de escapar, hasta la serena aceptación de la voluntad de Dios. Eran personas consagradas, que se habían entregado ya una vez a Cristo, y fueron fieles hasta el final. Como nuestros Beatos Mártires Claretianos de Barbastro.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Toda la semana hemos estado reflexionando sobre la fe, y cómo la fe influye en nuestra vida, nos sana o nos permite seguirle, a pesar de todas nuestras debilidades.
Todo lo que sucede en nuestra vida sirve para los planes de Dios, si lo aceptamos y lo meditamos en el corazón, como María. Lo bueno, se acepta rápidamente. Lo malo, con más dificultad. Y Jesús avisa con claridad: Dios cuida de nosotros, está cerca, incluso cuando sufrimos. Porque Él sufrió lo indecible, para nuestra salvación y la de todos los hombres.
Saber dar gracias en la prosperidad, y saber ser fuertes en la adversidad. Eso es lo que debemos pedir, dar gracias cuando todo va bien. Y pedir, cuando algo va mal. Hoy es un buen día para recordar a todos los fieles que sufren por causa de su fe. Recemos por ellos, para que puedan sentir el consuelo de Cristo en el sufrimiento, y ser fieles, a pesar de todo.
Tu hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.
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