Hoy suena el despertador, pero de repente me doy cuenta que no tengo que ir a trabajar. Se acabó mi contrato. Entonces me pregunto ¿Para qué me voy a levantar?
Si, se está muy bien en la cama y no hay nada que me motive a salir de ella. Hoy necesito recuperarme del cansancio atrasado, mañana es mi cumpleaños, pasado es el día de la mujer trabajadora, etc. De repente me doy cuenta que limpiar la casa, hacer la comida, planchar etc. no tiene mucho sentido porque dentro de un rato volverá a estar igual.
Según Albert Einstein La motivación es la fuerza que mueve el mundo. ¿Qué me motiva enfrentar un nuevo día me pregunto a mi misma? ¿Cómo se forja la motivación en nuestras vidas? Pienso que la mayoría de las veces me muevo por el sentido de deber, pero en estos momentos son las emociones las que me hacen ver que la vida es “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, como decía el sabio Salomón.
Podemos confundir nuestra verdadera misión en la vida, con nuestro trabajo, y cuando nos quedamos sin él, parece que la tierra se mueve bajo nuestros pies.
La adversidad es parte de la vida y lo importante es verla como un estimulo para nuestra fe. De repente, en mi lectura bíblica, me encuentro con unas palabras que me llaman la atención y dice así, en Efesios 4.17: “que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente”. ¿Será que estoy andando así? Prosigo en mi lectura… Efesios 5:2 “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”…, v.8 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” En los versículos 15 al 17, continúa diciendo: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad de Dios”. Me parece que me he quedado sin excusa para seguir vagueando en la cama.
Es el momento de plantearme como voy a invertir y no malgastar este tiempo que de momento tengo por delante. Entre mis proyectos está aumentar mi formación, leer, escribir, reorganizar cosas en casa, y en mi vida espiritual; dar a conocer la Palabra de Dios… Así que hago mías, las palabras del salmista 90:12; “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” y esa es mi oración a Dios, porque el tiempo que se pierde es irrecuperable.
Celia Casalengua.
publicación original marzo 2013Si, se está muy bien en la cama y no hay nada que me motive a salir de ella. Hoy necesito recuperarme del cansancio atrasado, mañana es mi cumpleaños, pasado es el día de la mujer trabajadora, etc. De repente me doy cuenta que limpiar la casa, hacer la comida, planchar etc. no tiene mucho sentido porque dentro de un rato volverá a estar igual.
Según Albert Einstein La motivación es la fuerza que mueve el mundo. ¿Qué me motiva enfrentar un nuevo día me pregunto a mi misma? ¿Cómo se forja la motivación en nuestras vidas? Pienso que la mayoría de las veces me muevo por el sentido de deber, pero en estos momentos son las emociones las que me hacen ver que la vida es “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, como decía el sabio Salomón.
Podemos confundir nuestra verdadera misión en la vida, con nuestro trabajo, y cuando nos quedamos sin él, parece que la tierra se mueve bajo nuestros pies.
La adversidad es parte de la vida y lo importante es verla como un estimulo para nuestra fe. De repente, en mi lectura bíblica, me encuentro con unas palabras que me llaman la atención y dice así, en Efesios 4.17: “que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente”. ¿Será que estoy andando así? Prosigo en mi lectura… Efesios 5:2 “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”…, v.8 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” En los versículos 15 al 17, continúa diciendo: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad de Dios”. Me parece que me he quedado sin excusa para seguir vagueando en la cama.
Es el momento de plantearme como voy a invertir y no malgastar este tiempo que de momento tengo por delante. Entre mis proyectos está aumentar mi formación, leer, escribir, reorganizar cosas en casa, y en mi vida espiritual; dar a conocer la Palabra de Dios… Así que hago mías, las palabras del salmista 90:12; “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” y esa es mi oración a Dios, porque el tiempo que se pierde es irrecuperable.
Celia Casalengua.
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