Dios utiliza muchos y variados medios para transmitir Sus señales y Su persona.
Desde el inicio, Dios se comunica con el ser humano de manera de no transmitir solamente mensajes, sino haciendo donación de Sí mismo a nosotros. "por voluntad absolutamente libre, Dios se revela, se da al hombre" (Catecismo de la Iglesia Católica, art Nº 50)
El Señor utiliza varios medios para transmitirnos Sus designios y Su Persona. Tenemos como ejemplo a los Ángeles, que son Sus mensajeros; los dones del Espíritu Santo; la Sagrada Escritura y también la Eucaristía, sacramento de máxima entrega.
Desde el inicio, Dios se comunica con el ser humano de manera de no transmitir solamente mensajes, sino haciendo donación de Sí mismo a nosotros. "por voluntad absolutamente libre, Dios se revela, se da al hombre" (Catecismo de la Iglesia Católica, art Nº 50)
El Señor utiliza varios medios para transmitirnos Sus designios y Su Persona. Tenemos como ejemplo a los Ángeles, que son Sus mensajeros; los dones del Espíritu Santo; la Sagrada Escritura y también la Eucaristía, sacramento de máxima entrega.
Foto: Daniel Mafra/cancaonova.com
Si no bastase todo eso, todavía hay una "comunicación del amor de Dios" por medio de señales. Son acontecimientos que significan algo más que movimiento o cumplimiento de hechos. Dios nos habla entre líneas en los acontecimientos poco comunes o en la rutina. Hasta el mismo Jesús percibió en cada paso de Su ministerio, en eventos comunes que podrían pasar desapercibidos, desde la falta de vino en una fiesta de casamiento (cfr. Jn 2, 1-12) hasta cuando se aproximaba el tiempo cierto de "Su entrega en la cruz". Por lo tanto, es necesario tener cuidado y discernir sinceramente si estamos delante de lo que es un apuntamiento del Señor o si estamos aprovechándonos de un acontecimiento cualquiera para justificar algo que tenemos en el corazón.
Puede ser que prefiramos engañarnos, llamando forzosamente simples acontecimientos como respuesta de lo Alto, dada la grandiosidad del deseo. Desviándonos de una verdadera lectura de la orientación divina, dejándonos llevar por ideas fijas y obstinaciones de corazón. Cuando estamos con la mente y los sentimientos tomados, parece que todo conspira y confirma en dirección tanto del objeto de deseo como a traumas, complejos e impresiones que traemos. Así, en el futuro, solo nos decepcionaremos con el Señor y buscaremos culpar a los hombres que no nos parecieron favorables.
Puede ser que prefiramos engañarnos, llamando forzosamente simples acontecimientos como respuesta de lo Alto, dada la grandiosidad del deseo. Desviándonos de una verdadera lectura de la orientación divina, dejándonos llevar por ideas fijas y obstinaciones de corazón. Cuando estamos con la mente y los sentimientos tomados, parece que todo conspira y confirma en dirección tanto del objeto de deseo como a traumas, complejos e impresiones que traemos. Así, en el futuro, solo nos decepcionaremos con el Señor y buscaremos culpar a los hombres que no nos parecieron favorables.
Para interpretar correctamente el hablar de Dios, es importante, primeramente, deshacernos de nuestros apegos y conceptos tendenciosos, estar libres para aceptar aquello que no nos es agradable, las exhortaciones y la dirección de lo que El quiere concertar en nuestra vida.
Otro punto es cultivar una íntima amistad con el Señor.
Pide la gracia de amarlo independientemente de los favores, gasta tiempo en Su compañía y grábate que la iniciativa de las señales será siempre de Él; lo que no nos exime de la necesidad que tenemos de una constante oración y de relacionarnos con el Señor.
En verdad, aprendemos a interpretrar correctamente las señales con entrenamiento. Con el pasar del tiempo, si mantenemos una amistad verdadera con Dios y nos ejercitamos en ese proceso de intuir, emprender la orden divina y prestar atención a los resultados, aprenderemos a mirar un hecho desde el inicio, y saber si realmente es una señal del Señor.
El Dios a quien seguimos es bondadoso y quiere hacer aquello que es lo mejor para nosotros, por eso está en constante comunicación.
El es fiel y nos conduce. "Si su proyecto o su obra proviene de hombres, por si misma se destruirá" Hch. 5,38
Otro punto es cultivar una íntima amistad con el Señor.
Pide la gracia de amarlo independientemente de los favores, gasta tiempo en Su compañía y grábate que la iniciativa de las señales será siempre de Él; lo que no nos exime de la necesidad que tenemos de una constante oración y de relacionarnos con el Señor.
En verdad, aprendemos a interpretrar correctamente las señales con entrenamiento. Con el pasar del tiempo, si mantenemos una amistad verdadera con Dios y nos ejercitamos en ese proceso de intuir, emprender la orden divina y prestar atención a los resultados, aprenderemos a mirar un hecho desde el inicio, y saber si realmente es una señal del Señor.
El Dios a quien seguimos es bondadoso y quiere hacer aquello que es lo mejor para nosotros, por eso está en constante comunicación.
El es fiel y nos conduce. "Si su proyecto o su obra proviene de hombres, por si misma se destruirá" Hch. 5,38
fuente Canção Nova
Adaptación del original en português
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