UNA FE QUE ESPERA TODO
Y CONSIGUE TODO
Parte XXI
Por causa de las innumerables promesas que Dios nos hizo, podemos recurrir a Él con una confianza firme y esperar verdaderamente cualquier milagro. Si la duda intenta asomar, “debemos esperar todavía con más firmeza, sin desanimarnos, pues aquel que hizo la promesa es fiel” (cfr. Hb 10,23). Entre tantas cosas, ¿qué nos prometió el Señor? “Si tuvieses la fe del tamaño de un grano de mostaza diréis a esta montaña: “muévete de aquí para allá”, y ella se moverá. Nada les será imposible” (cfr. Mt 17,20). “Todo lo que, en oración, pidas con fe, lo recibirás” (Mt. 21,22) Así como es cierto que Dios no falla al cumplir lo que prometió, firme también debe ser nuestra confianza de ser atendidos cuando pedimos su auxilio. Aunque existan días en que nos sintamos espiritualmente fríos, sin voluntad de rezar, desconfiados de nosotros mismos por un pecado que cometemos, aún cuando no sintamos aquella seguridad que nos gustaría tener en nuestra oración, aunque tengamos confianza en Dios y nos esforcemos por no dudar de su bondad, pues, si recurrimos a Él, el Señor no nos despedirá con las manos vacías. ¿Quieres saber? El nos oirá aún más rápido por no colocar la confianza en nuestros méritos, sino en la misericordia de él que prometió ayudar a quien lo pidiese. Por la fe y por la misericordia de Dios obtendremos milagros. El Padre del Cielo se conmueve cuando en medio de aflicciones, miedos y persecuciones de todo tipo estamos firmes en la esperanza, sin temer ni vacilar; cuando continuamos creyendo en su amor a pesar de todo sentimiento de desconfianza causado por nuestros sufrimientos y tribulaciones.
Del libro: “Dons de Fé e Milagres”
Márcio Mendes
Editorial Cançao Nova
Adaptación Del original em português.
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