Yo recibí, por la imposición de manos de Monseñor Jonas Abib (fundador de la Comunidad Canción Nueva), la palabra ‘Emuná‘ (Dios, ven en mi auxilio) para presentarla a ustedes en esta prédica. Es impresionante ver la fidelidad de Monseñor en la oración y en la fe.
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: «Crucemos a la otra orilla». Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?». Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!». El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?». Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen» ” (Mc 4,35-40).
Emuná (Dios, ven en mi auxilio) fue el grito de los discípulos a Jesús. ¿Quién los llevó a la tempestad? Cuando ellos entraron en ella, ¿qué estaban haciendo? Jesús los llevó a la tempestad y se fue a dormir; después los escuchó diciendo Emuná.
Hermano, no entraste a esta tempestad solo, fue el Señor quien te condujo, para que puedas entender que El tiene el poder de liberarte de cualquier ataque de satanás, basta que tengas fe.
Hay personas que necesitarían de toda una biblioteca para escribir sus problemas. ¿Quieres calmar tus tempestades?
Pídele al Señor que él venga en tu auxilio, pero no sirve pedir socorro si no tienes fe.
Fuente Canción Nueva en español
Si queremos la liberación de todo mal físico y espiritual, necesitamos fe y creer que el Señor está al comando de todas las cosas. El evangelista San Marcos hace cuestión de dejar bien claro el miedo de los discípulos. Según él, los discípulos estaban cansados, con miedo y sin fuerzas. “Maestro, estamos pereciendo y no te importa?”. No estoy hablando de personas ignorantes, sino de aquellas que vivían con Jesús. Cuando pasamos por una tempestad, Dios permite que tengamos intimidad con El y sepamos quien es El.
En primer lugar necesitamos saber: ¿quien es este cuyo poder puede calmar los mares y el viento? Este es Jesús, el grito del Padre que dice: ¡Hágase!.
Por su palabra todo fue creado.
Por su palabra todo fue creado.
Por medio de la Palabra el Señor tiene poder sobre la naturaleza y todos los espíritus malignos.
Si quieres ver un milagro en tu vida, no puedes dudar de que Jesús es Dios.
Si quieres ver un milagro en tu vida, no puedes dudar de que Jesús es Dios.
Segundo criterio para que el milagro suceda en nuestra vida es saber ¿quién es la barca?. La barca es la Iglesia.
Si quieres ver el milagro en tu vida necesitas estar con la Iglesia porque cuando estás con ella, estás en comunión con Jesús.
Si quieres sanarte del cáncer, necesitas estar con la Iglesia, si estás con depresión, anda a la Iglesia, visita a alguien y haz caridad.
Si quieres ver el milagro en tu vida necesitas estar con la Iglesia porque cuando estás con ella, estás en comunión con Jesús.
Si quieres sanarte del cáncer, necesitas estar con la Iglesia, si estás con depresión, anda a la Iglesia, visita a alguien y haz caridad.
“Las fuerzas del infierno no prevalecerán sobre mi Iglesia” (Mateo 16).
Jesús es el verbo que se hizo carne, es Aquel que pudo crear todas las cosas, que hizo los milagros, hizo que los demonios se arrodillasen. Si gritas pidiendo socorro, pero estás en cualquier barco que no es la Iglesia, te hundirás.
Jesús es el verbo que se hizo carne, es Aquel que pudo crear todas las cosas, que hizo los milagros, hizo que los demonios se arrodillasen. Si gritas pidiendo socorro, pero estás en cualquier barco que no es la Iglesia, te hundirás.
El Padre Leo sj. contaba una historia que se refiere a lo que es la resistencia. El hablaba de un hombre que conocía a Dios, por eso, aún frente a las tempestades, él nunca se quebraba, sino que se doblaba frente a la resistencia. Era como el bambú que se dobla frente al viento porque tiene una raíz profunda. Un católico necesita ser como el bambú, es decir, un hombre de fe. No puede ser un católico que se deja llevar por cualquier viento de macumba, esoterismo y falsas doctrinas.
Solamente tu fe puede despertar a Jesús en medio de la tempestad.
Los vientos y los problemas no lo despiertan, pero tu fe, si!
Los vientos y los problemas no lo despiertan, pero tu fe, si!
Los discípulos afirmaron: “¿Quien es este que calma hasta los vientos?. Si ellos se preguntaron eso es porque aún no conocían a Jesús profundamente. Esfuérzate por ser íntimo del Espíritu Santo. Si quieres conocer al Señor, pide Espíritu Santo. Tu fe calma las tempestades, ella sana el cancer y resucita los muertos.
No todo lo que sucede en tu vida es voluntad de Dios, pero todo El lo permite. Por eso, sométe tu nada a Dios pues quien tiene fe no permanece en la oscuridad. Tener fe no significa solo creer en Dios, sino depositar en él toda la confianza.
Ironi Spuldaro – Encuentro Fe y Milagros 2015
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